Cuando se halla boca arriba, la cabeza ya descansa a un lado y tiene las extremidades menos flexionadas que al nacer.
Boca abajo, puede mantener la cabeza alzada unos segundos, separando el mentón de la cuna y moverla de un lado a otro. Las extremidades inferiores están algo más estiradas y puede hacer algún movimiento de reptación.
Al incorporar tirando de sus brazos, le cuelga la cabeza.
Tiene las manos cerradas, con el pulgar por dentro de los demás dedos, y persiste el reflejo de prensión, que le hace agarrarse al dedo de un adulto.
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